Compartiendo... Microcuentos


Quizás much@s de ustedes han leído u oído hablar sobre los microcuentos, también conocidos como microrrelatos, minificción, minicuento, entre otros. Quienes desconozcan lo anterior, esta entrada les será, sin duda, informativa.

Un microcuento es una historia que se caracteriza por su brevedad. Es un relato corto, brevísimo, que a veces no alcanza a ocupar una línea de texto. Se dice que es un género híbrido porque entremezcla características de diferentes géneros literarios como el uso de la prosa, el verso, la rima, el ensayo, el monólogo, entre otros. Su origen puede remontarse muchos siglos atrás, pero sólo hace unos años se ha popularizado.

Existen dos microcuentos famosos por ser los más cortos. El primero, El Emigrante, del escritor mexicano Luis Felipe Lomelí dice así:
¿Olvida usted algo? - ¡Ojalá!
El segundo fue escrito por Augusto Monterroso, autor guatemalteco. Se titula El dinosaurio y dice lo siguiente:
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. 
También podemos encontrar microcuentos cuyas historias, de manera directa o alusiva, hablan de otras obras literarias. A esto se le conoce como intertextualidad, que podría ser definida como la relación de copresencia entre dos o más textos. Un ejemplo claro se encuentra en los siguientes microrrelatos que, en relación a El dinosaurio de Monterroso, dicen lo que sigue:
Cuando despertó, suspiró aliviado: el dinosaurio ya no estaba allí.
El dinosaurio - Pablo Urbanyi     
Y cuando despertó, el dinosaurio seguí allí. Rondaba tras la ventana tal y como sucedía en el sueño. Ya había arrasado con toda la ciudad, menos con la casa del hombre que recién despertaba entre maravillado y asustado. ¿Cómo podía esa enorme bestia destruir el hogar de su creador, de la persona que le había dado una existencia concreta? La criatura no estaba conforme con la realidad en la que estaba, prefería su hábitat natural: las películas, las láminas de las enciclopedias, los museos... Prefería ese reino donde los demás contemplaban y él se dejaba estar, ser, soñar. Y cuando el dinosaurio despertó, el hombre ya no seguía allí.                                                                                               Indigna continuación de un cuento de Monterroso - Marcelo Báez.
Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado "El dinosaurio".
- Ah, es una delicia -me respondió-, ya estoy leyéndolo.
La culta dama - José de la Colina
Dado que es octubre, el mes del terror y todo lo que se le parezca, me he animado a crear mi propio microcuento de terror. Espero que les guste y ustedes también se animen a crear uno, o dos, o tres:
Pálidas manos apretaron mi cuello. Uno, dos, tres, ya no existía.

Ustedes también pueden intentarlo. Comenta esta entrada y deja tu minicuento.

2 comentarios:

  1. Siempre me ha gustado el del dinosaurio. Dice tanto en una sola frase, y da pie a muchas interpretaciones. Es todo un desafío lo de escribir microcuentos. Pareciera simple, pero es complejo decir mucho en tan pocas palabras. 'El dinosaurio' es un buen ejemplo de cómo el autor consigue armar toda una historia antes y después del cuento, dejándonos saber sólo lo necesario.
    Mmm, el mío sería: 'Mientras fuese un sueño, podría seguir viviendo allí'.
    Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Me ha gustado mucho tu entrada, me ha parecido muy original :)
    Besos

    ResponderEliminar

Gracias por comentar esta entrada. Si te gustó recuerda compartirla en las diferentes redes sociales. Nos vemos y espero verte de nuevo =)